"El Diario de la Dama Niyako"
(Fragmentos)
PREFACIO
En el año 1568 del período Muromachi de la historia de Japón, ocurrió el incendio del Castillo Hironata famoso por la belleza de su arquitectura y por ser la sede de gobierno del Señor Tunegoshi, esposo de Dama Niyako, una beldad de la época.
Estas son algunas de las páginas del Diario de Dama Niyako que se salvaron del incendio del castillo.
Probablemente el resto del manuscrito se haya perdido para siempre.
La tradición cuenta que luego del incendio, Dama Niyako se retiró a un monasterio de monjas budistas que le dieron refugio para salvar su vida.
Según se cree terminó sus días muy anciana dedicada al silencio y la oración.
Esa misma tradición cuenta que en las noches de luna clara, una gata silenciosa como las sombras, se pasea entre las ruinas del Castillo maullando suavemente y husmeando aquí y allá.
Y quienes la han visto aseguran que sus ojos son dos esmeraldas extraordinarias.
"EL DIARIO DE LA DAMA NIYAKO"
1
Bullicio.
Discordia.
Impaciencia
Desarmonía.
Ansiedad.
Engañosa ilusión.
Belleza fugaz.
Ojos que se iluminan desde el interior.
Falta de concentración.
¿Conseguirlo todo a fuerza de voluntad?
Objetos pequeños,de modesta apariencia,revelan lo propio natural.
Aristocracia en los gestos lentos, buscar la belleza en los rincones íntimos.
Jugamos con mi gata a quién es más bella.
Gana la gata.
No me cabe la modestia, a veces sólo logro comportarme bien.
Delicadeza al tomar los palillos, seducción en la mirada al aventarse con el abanico.
Lento....dicen que lo haga lento....por qué?
Por mínima cortesía...
2
Soy feliz contemplando un hermoso amanecer.
Mikoto, la gata,es también, a su modo, una Damita del Castillo.
Nunca sé donde está pero siempre aparece cuando la llamo.
Mikoto es maestra en las artes del engaño zalamero y cuando nos miramos a los ojos juraría que sonríe.
Y la suya es una sonrisa inquietante.
Tal vez en ella resida el espíritu de alguna maga antigua como Mujina, la que no
tenía ojos, ni nariz ni boca; o el de la bellísima O-Yuki, la que desapareció "como una neblina", o tal vez, el espíritu de Umiko, "la hija del mar",de cutis nacarado y ojos que semejaban dos esmeraldas.
Extraña coincidencia: los ojos de Mikoto son color verde esmeralda.
3
Paseo por los jardines del Castillo Hironata en una mañana primaveral;el momento impone reflexiones sobre el significado de esta belleza particular que surge del diseño de los arbustos, rocas y pedregullo; de los espacios vacíos, de las simetrias impuestas sin forzar lo natural.
Los pliegues de mi kimono barren suavemente el verde musgo y las damas de compañía alborotan el entorno con sus risas y bromas.
El Castillo Hironata resplandece iluminado por una luz diáfana que destaca su imponente masa contra el fondo gris de las montañas.
Un poema inocente surge entonces, como confidencia íntima:
"Amor, felicidad,
la fresca brisa
y los rostros sonrientes
de las amigas".
4
En la apreciación del mundo trato siempre de encontrar la belleza que me estimule.
A veces la encuentro,a veces se esconde, a veces yo misma la invento.
Los japoneses nos hemos identificado siempre con la fuerza de la naturaleza, su belleza y su poder destructivo.
Lo mágico convoca a lo desconocido,lo que es común se torna irreal y se presienten fuerzas misteriosas.
Somos capaces de expresar una profunda delicadeza pero también una tesonera voluntad y un gran valor.
Nos han marcado los rituales de la naturaleza pero también los de la etiqueta; hemos buscado los goces del espíritu y a la par desarollamos una actitud guerrera apasionada.
5
¿Para qué existen tantas reglas de cortesía?
Para esconder las emociones,para no revelarnos.
Las mujeres debemos apegarnos a las maneras cortesanas que ocultan los sentimientos más profundos.
Dar a conocer las emociones personales es de mal gusto; sólo debemos insinuar, volvernos amables hacia los demás y que la cortesía disimule el dolor, la frustración, la cólera y hasta el aburrimiento.
Sin duda cuidamos nuestros gestos, los medimos con la exactitud de lo artístico y los cargamos de intención y seducción.
Así damos prueba de fina sensibilidad y cortesía.
6
En una reunión mundana no debemos opacar el brillo del Señor del Castillo ni imponer nuestros puntos de vista.
Será mejor dejar para los demás las reflexiones profundas y los comentarios de entendidos.
El tiempo transcurrirá así entre el placer; la frivolidad; las conversaciones entretenidas, los acertijos y la embriaguez.
Recordemos por último,que por muy espléndida que haya sido la fiesta, todo su brillo habrá desaparecido con la llegada de la mañana.
La belleza fugaz, lo delicado y puro,los enigmas de las sombras, todas las ilusiones, todos los instantes perfectos se habrán esfumados como fantasmas que se llevó la noche.
7
Amo la belleza tradicional del Japón;
las estaciones del año y los matices que las caracterizan;
lo minúsculo que casi no se pondera;los clásicos de la poesía china;
la asimetría que busca romper el equilibrio de lo obsesivo;los rincones que las sombras protegen;
la falsa iluminación con la que creamos lo mágico en esta vida cotidiana;
el sonido de una cascada;
la lírica melancolía del canto del cú-cú;
la sensualidad de la seda pesada que , como un manto regio,decora el cuerpo de una Dama.
No me agradan los poemas vulgares ni los hombres demasiado perfumados;
tampoco los monjes que alardean de ascetas ni los ascetas que se creen santos;
no me agrada que el viento sople inclemente y desordene los pliegues de mis kimonos.
No soporto los modales indignos durante la degustación del té ni las Damas que mintras se ejecuta el shamisén, observan aburridas el decorado de la sala.
8
Yoritomo Nagure rezó a los dioses shintoístas; rezó a los Budas de misteriosa sonrisa;consultó oráculos, adivinos, maestros de la espiritualidad;monjes y ascetas.
Yoritomo quería ser rico y famoso; amaba la belleza física y él era un hombre feo.
Odiaba estar cerca de personas ruidosas y los dioses lo obligaron a tratarse con truhanes, timadores, pendencieros, gritones.
Fue agredido físicamente muchas veces;se rieron de él y de su fealdad.
Envidiaba la suerte de los hombres poderosos y fue obligado a servirles.
Nació de humilde cuna y de niño no lo invitaron a participar en los juegos ni a compartir los placeres del baño en el río y la pesca de las truchas.
Yoritomo era tímido, melancólico y muy sensible.
Su madre murió joven y su padre no se ocupó de él.
Tuvo una hermana con las facultades mentales alteradas que terminó su vida arrojándose al vacío desde un acantilado.
Un hermanito menor murió a los pocos meses de nacer devorado por un tigre durante una jornada de viaje.
9
"Agua"
Agua.
Musgos de 10000 especies distintas.
Rocas que simulan ser colinas.
Agua.
Un río de arena rastrillada.
Austeridad....silencio....
Un cono de arena es un volcán.
Agua.
El agua gira alrededor de una roca.
Como gira la vida misma.
Un arroyo refrescante.
Un estado de ánimo.
La desnudez de un único tronco sin ramas y sin hojas.
Biombos exquisitos decorados con diseños de jardines.
El Templo Saiho-ji y su famosa alfombra de musgos.
El Biombo "Jardín de la Luna", uno de los tesoros del castillo Hironata.
Agua.
Un pensamiento inoportuno.
Intensa contemplación de la naturaleza.
Sobre un plato de cerámica, un jardincito construído con mínimos materiales: dos ramitas de bambúes; algunas piedras y un laguito artificial.
La gata Mikoto, celosa de su singular atractivo, de un zarpazo desarma este bello jardín.
Agua.
Los abanicos son mariposas en la tarde.
Fugacidad de un momento feliz.
Agua.
10
Dos paisajes a la tinta realizados según el estilo de la escuela china Song del Sur
adornan la gran Sala de Meditación del Castillo.
El paisaje de la izquierda representa un acantilado y las brumas de una pequeña cascada expresando así el significado de lo despojado y leve.
Yo lo llamo "el paisaje del silencio" porque conforme uno lo observa la mente y el espíritu entran en un estado de profunda calma e intensa emoción.
Al negarse al color, la pintura a la tinta profundiza lo esencial y verdadero
En la pintura china hay siempre una gran integración entre la forma y la manera de expresarla.
El pintor chino no realiza un cuadro:expresa un estado del alma,un instante de reveladora belleza espiritual.
La simplicidad, entonces es motivo para la reflexión.
El otro paisaje muestra a un hombre anciano inclinando ligeramente la espalda mientras observa las tranquilas aguas de un lago.
Se percibe en la pintura un momento de exquisito deleite y amable contemplación.
11
Flores y pájaros.
Tortugas que guardan las fichas del juego de Go.
El aroma de los inciensos.
El sándalo rojo, una madera extraordinaria.
La luna y la belleza que aletea en las mangas del kimono.
Polvo de oro en la caja de los cosméticos.
Sutiles combinaciones de colores en las telas regias.
Un poema de amor escrito con exquisita caligrafía para una Dama de la Corte.
Una vasija con agua en el jardín de musgos.
Cierta tristeza no expresada ante la inutilidad de la existencia.
12
Terribles tormentas danzan sobre mares embravecidos, los mismos mares que tendieron un puente hacia China y las tierras extranjeras.
Existencia y muerte;los rituales de la pesca; sacerdotizas con collares de cuentas y cinturones de espejos .
El poder de la muerte y de la renovación; el junco flexible,la inmutabilidad de la piedra.
13
Un instrumento perfectamente afinado ¡ qué placer!
Deben escucharse con atención sus bellos tonos, mientras el perfume de sándalo inunda el salón.
Un laúd tocado con maestría y una bebida refrescante en una tarde calurosa de verano es un momento muy apreciado por las elegantes damas de la Corte.
Una partida de Go entre hombres que beben vino pero que no se dejan llevar por la impaciencia de ganar el juego, es propio de señores aristocráticos.
Ver otro instrumento de madera de castaño con incrustaciones de madreperla colocado sobre una tela roja es motivo de regocijo y alabanza.
Un genkan tocado por las manos hábiles de un maestro es deleite infrecuente y que sólo pueden apreciar los de alto rango.
Un espejo lujoso de carey, oro y marfil, ilumina el rostro de una bella cortesana.
(Fragmentos)
PREFACIO
En el año 1568 del período Muromachi de la historia de Japón, ocurrió el incendio del Castillo Hironata famoso por la belleza de su arquitectura y por ser la sede de gobierno del Señor Tunegoshi, esposo de Dama Niyako, una beldad de la época.
Estas son algunas de las páginas del Diario de Dama Niyako que se salvaron del incendio del castillo.
Probablemente el resto del manuscrito se haya perdido para siempre.
La tradición cuenta que luego del incendio, Dama Niyako se retiró a un monasterio de monjas budistas que le dieron refugio para salvar su vida.
Según se cree terminó sus días muy anciana dedicada al silencio y la oración.
Esa misma tradición cuenta que en las noches de luna clara, una gata silenciosa como las sombras, se pasea entre las ruinas del Castillo maullando suavemente y husmeando aquí y allá.
Y quienes la han visto aseguran que sus ojos son dos esmeraldas extraordinarias.
"EL DIARIO DE LA DAMA NIYAKO"
1
Bullicio.
Discordia.
Impaciencia
Desarmonía.
Ansiedad.
Engañosa ilusión.
Belleza fugaz.
Ojos que se iluminan desde el interior.
Falta de concentración.
¿Conseguirlo todo a fuerza de voluntad?
Objetos pequeños,de modesta apariencia,revelan lo propio natural.
Aristocracia en los gestos lentos, buscar la belleza en los rincones íntimos.
Jugamos con mi gata a quién es más bella.
Gana la gata.
No me cabe la modestia, a veces sólo logro comportarme bien.
Delicadeza al tomar los palillos, seducción en la mirada al aventarse con el abanico.
Lento....dicen que lo haga lento....por qué?
Por mínima cortesía...
2
Soy feliz contemplando un hermoso amanecer.
Mikoto, la gata,es también, a su modo, una Damita del Castillo.
Nunca sé donde está pero siempre aparece cuando la llamo.
Mikoto es maestra en las artes del engaño zalamero y cuando nos miramos a los ojos juraría que sonríe.
Y la suya es una sonrisa inquietante.
Tal vez en ella resida el espíritu de alguna maga antigua como Mujina, la que no
tenía ojos, ni nariz ni boca; o el de la bellísima O-Yuki, la que desapareció "como una neblina", o tal vez, el espíritu de Umiko, "la hija del mar",de cutis nacarado y ojos que semejaban dos esmeraldas.
Extraña coincidencia: los ojos de Mikoto son color verde esmeralda.
3
Paseo por los jardines del Castillo Hironata en una mañana primaveral;el momento impone reflexiones sobre el significado de esta belleza particular que surge del diseño de los arbustos, rocas y pedregullo; de los espacios vacíos, de las simetrias impuestas sin forzar lo natural.
Los pliegues de mi kimono barren suavemente el verde musgo y las damas de compañía alborotan el entorno con sus risas y bromas.
El Castillo Hironata resplandece iluminado por una luz diáfana que destaca su imponente masa contra el fondo gris de las montañas.
Un poema inocente surge entonces, como confidencia íntima:
"Amor, felicidad,
la fresca brisa
y los rostros sonrientes
de las amigas".
4
En la apreciación del mundo trato siempre de encontrar la belleza que me estimule.
A veces la encuentro,a veces se esconde, a veces yo misma la invento.
Los japoneses nos hemos identificado siempre con la fuerza de la naturaleza, su belleza y su poder destructivo.
Lo mágico convoca a lo desconocido,lo que es común se torna irreal y se presienten fuerzas misteriosas.
Somos capaces de expresar una profunda delicadeza pero también una tesonera voluntad y un gran valor.
Nos han marcado los rituales de la naturaleza pero también los de la etiqueta; hemos buscado los goces del espíritu y a la par desarollamos una actitud guerrera apasionada.
5
¿Para qué existen tantas reglas de cortesía?
Para esconder las emociones,para no revelarnos.
Las mujeres debemos apegarnos a las maneras cortesanas que ocultan los sentimientos más profundos.
Dar a conocer las emociones personales es de mal gusto; sólo debemos insinuar, volvernos amables hacia los demás y que la cortesía disimule el dolor, la frustración, la cólera y hasta el aburrimiento.
Sin duda cuidamos nuestros gestos, los medimos con la exactitud de lo artístico y los cargamos de intención y seducción.
Así damos prueba de fina sensibilidad y cortesía.
6
En una reunión mundana no debemos opacar el brillo del Señor del Castillo ni imponer nuestros puntos de vista.
Será mejor dejar para los demás las reflexiones profundas y los comentarios de entendidos.
El tiempo transcurrirá así entre el placer; la frivolidad; las conversaciones entretenidas, los acertijos y la embriaguez.
Recordemos por último,que por muy espléndida que haya sido la fiesta, todo su brillo habrá desaparecido con la llegada de la mañana.
La belleza fugaz, lo delicado y puro,los enigmas de las sombras, todas las ilusiones, todos los instantes perfectos se habrán esfumados como fantasmas que se llevó la noche.
7
Amo la belleza tradicional del Japón;
las estaciones del año y los matices que las caracterizan;
lo minúsculo que casi no se pondera;los clásicos de la poesía china;
la asimetría que busca romper el equilibrio de lo obsesivo;los rincones que las sombras protegen;
la falsa iluminación con la que creamos lo mágico en esta vida cotidiana;
el sonido de una cascada;
la lírica melancolía del canto del cú-cú;
la sensualidad de la seda pesada que , como un manto regio,decora el cuerpo de una Dama.
No me agradan los poemas vulgares ni los hombres demasiado perfumados;
tampoco los monjes que alardean de ascetas ni los ascetas que se creen santos;
no me agrada que el viento sople inclemente y desordene los pliegues de mis kimonos.
No soporto los modales indignos durante la degustación del té ni las Damas que mintras se ejecuta el shamisén, observan aburridas el decorado de la sala.
8
Yoritomo Nagure rezó a los dioses shintoístas; rezó a los Budas de misteriosa sonrisa;consultó oráculos, adivinos, maestros de la espiritualidad;monjes y ascetas.
Yoritomo quería ser rico y famoso; amaba la belleza física y él era un hombre feo.
Odiaba estar cerca de personas ruidosas y los dioses lo obligaron a tratarse con truhanes, timadores, pendencieros, gritones.
Fue agredido físicamente muchas veces;se rieron de él y de su fealdad.
Envidiaba la suerte de los hombres poderosos y fue obligado a servirles.
Nació de humilde cuna y de niño no lo invitaron a participar en los juegos ni a compartir los placeres del baño en el río y la pesca de las truchas.
Yoritomo era tímido, melancólico y muy sensible.
Su madre murió joven y su padre no se ocupó de él.
Tuvo una hermana con las facultades mentales alteradas que terminó su vida arrojándose al vacío desde un acantilado.
Un hermanito menor murió a los pocos meses de nacer devorado por un tigre durante una jornada de viaje.
9
"Agua"
Agua.
Musgos de 10000 especies distintas.
Rocas que simulan ser colinas.
Agua.
Un río de arena rastrillada.
Austeridad....silencio....
Un cono de arena es un volcán.
Agua.
El agua gira alrededor de una roca.
Como gira la vida misma.
Un arroyo refrescante.
Un estado de ánimo.
La desnudez de un único tronco sin ramas y sin hojas.
Biombos exquisitos decorados con diseños de jardines.
El Templo Saiho-ji y su famosa alfombra de musgos.
El Biombo "Jardín de la Luna", uno de los tesoros del castillo Hironata.
Agua.
Un pensamiento inoportuno.
Intensa contemplación de la naturaleza.
Sobre un plato de cerámica, un jardincito construído con mínimos materiales: dos ramitas de bambúes; algunas piedras y un laguito artificial.
La gata Mikoto, celosa de su singular atractivo, de un zarpazo desarma este bello jardín.
Agua.
Los abanicos son mariposas en la tarde.
Fugacidad de un momento feliz.
Agua.
10
Dos paisajes a la tinta realizados según el estilo de la escuela china Song del Sur
adornan la gran Sala de Meditación del Castillo.
El paisaje de la izquierda representa un acantilado y las brumas de una pequeña cascada expresando así el significado de lo despojado y leve.
Yo lo llamo "el paisaje del silencio" porque conforme uno lo observa la mente y el espíritu entran en un estado de profunda calma e intensa emoción.
Al negarse al color, la pintura a la tinta profundiza lo esencial y verdadero
En la pintura china hay siempre una gran integración entre la forma y la manera de expresarla.
El pintor chino no realiza un cuadro:expresa un estado del alma,un instante de reveladora belleza espiritual.
La simplicidad, entonces es motivo para la reflexión.
El otro paisaje muestra a un hombre anciano inclinando ligeramente la espalda mientras observa las tranquilas aguas de un lago.
Se percibe en la pintura un momento de exquisito deleite y amable contemplación.
11
Flores y pájaros.
Tortugas que guardan las fichas del juego de Go.
El aroma de los inciensos.
El sándalo rojo, una madera extraordinaria.
La luna y la belleza que aletea en las mangas del kimono.
Polvo de oro en la caja de los cosméticos.
Sutiles combinaciones de colores en las telas regias.
Un poema de amor escrito con exquisita caligrafía para una Dama de la Corte.
Una vasija con agua en el jardín de musgos.
Cierta tristeza no expresada ante la inutilidad de la existencia.
12
Terribles tormentas danzan sobre mares embravecidos, los mismos mares que tendieron un puente hacia China y las tierras extranjeras.
Existencia y muerte;los rituales de la pesca; sacerdotizas con collares de cuentas y cinturones de espejos .
El poder de la muerte y de la renovación; el junco flexible,la inmutabilidad de la piedra.
13
Un instrumento perfectamente afinado ¡ qué placer!
Deben escucharse con atención sus bellos tonos, mientras el perfume de sándalo inunda el salón.
Un laúd tocado con maestría y una bebida refrescante en una tarde calurosa de verano es un momento muy apreciado por las elegantes damas de la Corte.
Una partida de Go entre hombres que beben vino pero que no se dejan llevar por la impaciencia de ganar el juego, es propio de señores aristocráticos.
Ver otro instrumento de madera de castaño con incrustaciones de madreperla colocado sobre una tela roja es motivo de regocijo y alabanza.
Un genkan tocado por las manos hábiles de un maestro es deleite infrecuente y que sólo pueden apreciar los de alto rango.
Un espejo lujoso de carey, oro y marfil, ilumina el rostro de una bella cortesana.
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