Divagaciones durante la pandemia
Divagaciones durante la pandemia
Pensaba que todo
debía tener un objetivo, un final exitoso, un resultado que me llenara de
orgullo.
Cada uno forja sus propios sueños que alienta la esperanza.
¿Alguien dijo que el hombre es víctima de las circunstancias
y no puede impedir que sobre su destino obren fuerzas misteriosas? ; me
siento vacío y envuelto en tinieblas; tiemblan mis carnes y se agita mi
respiración, las emociones me dominan por completo.
¿Sólo a través del dolor se encuentra a Dios?
¿Este cuerpo es un recipiente de carne, huesos, líquidos; la
tumba es su última morada o es verdad que transcurrido un tiempo reencarna en
un conejo, un mono, una rana?
Cierro los ojos y me quedo en silencio
Tal vez deberíamos intentar “dar el salto cuántico que
requiere romper los límites de la realidad objetiva”, como expresa Joe
Dispenza en su interesante libro” Deja de ser tú”.
Entonces...
Subir y bajar repetidamente las escaleras; no iremos a ningún sitio pero,
tal vez, el corazón se agite con este ejercicio.
Seleccionar objetos de los placares para arrojarlos a la
basura, arrepentirse y nuevamente
volverlos a colocar donde estaban; mientras dure este tiempo de locos da lo
mismo.
Proyectar algo para el día siguiente y luego no cumplirlo.
Así fue toda mi existencia.
Vivir en soledad...no tengo nada que perder.
Algo que puedo hacer es cambiar cada día el sonido de mi voz y si me miro en el espejo puedo ver mi rostro sonriendo porque estoy vivo, tengo comida en mi plato, amigos para compartir, un sol que me abriga, una canción en el corazón.
Todo un mundo de palabras me
excita; mejor me siento a la sombra del sauce y descanso.
La presencia de una mariposa
me hace compañía y su soledad y la mía acaban en silencio.
Transformarme según las generales de la ley; seleccionar lo
mejor, cortarlo con un cuchillo, alguna
falta de ortografía y seguir cocinando este guisado.
Control, no perder el control. Pasar el mouse sobre las coordenadas; tres letras son suficientes: S.C.A.
Serenidad, claridad, armonía.Somos energía, todo es energía,
el universo es energía, “todo lo físico no se compone de materia, sino de
campos energéticos o de patrones de frecuencia e información. La materia es más
<<nada>> ( energía) que <<algo >>( partículas)”( Joe Dispenza:
“ Deja de ser tú”- pag36)
Desapego, iluminación.
Para la caña de bambú un instante de luz evoca su idílica
existencia.
Nostalgia, la búsqueda de lo inútil; este desgranar de ideas
es consecuencia de la pandemia que me
deja
vacío, desanimado...pero dentro de mi zona de confort.
Cada día vivo una pequeña aventura encerrado en el comedor
de mi casa; al creerme un monje ermitaño
me divierto un poco; subo las escaleras que conducen a la
planta superior pero imagino que escalo una
montaña; al mirar por
el amplio ventanal que da al jardín escucho el croar de ranas y el canto de
pájaros que anuncian la llegada de la primavera.
En realidad estamos en otoño y lo único que se escucha son
las bocinas de los automóviles y el
rugido
de motos y camiones por la avenida Cabildo.
Rotar las muñecas, girar la cabeza, agitar los brazos como
si estuviéramos bailando salsa; un muñeco estúpido, un robot apenas ensamblado
me saluda agitando la mano.
En la puerta de la Iglesia de la Inmaculada Concepción de
Belgrano, una señora que se apoya en un bastón, vestida de
rojo y con un pequeño sombrero en forma de cacerola, estira la mano para dar limosna al anciano sentado en la escalinata
que agradece con una dulce sonrisa.
El sol se oculta lentamente detrás del edificio y una suave
música de órgano que proviene del
interior del templo alimenta la paz del
corazón.
Maduro o inmaduro, da lo mismo; la vida es una burla y
nosotros piezas de un teatro cósmico.
Leer libros, perderse en fantasías soñando que algún día
encontraré un tesoro que resolverá todos mis problemas; escribir un ensayo que
me haga famoso o llegar a ser un poeta reconocido, me da lo mismo; como dije,
somos marionetas en este teatro planetario bueno para pasar unos años y nada más.
Ser un sabelotodo, esto es: un científico que formule
extrañas teorías sobre el origen del universo; en el jardín de la plaza músicos improvisados ejecutan brillantes
ritmos de jazz.
Existe una materia prima que afecta a todos los fenómenos;
el principio de la vida ocurrió en los océanos primordiales...¿sucedió así?,
se dice que un estudio realizado por la NASA reveló como se integraron en el fondo de los océanos los
elementos necesarios para engendrar la
vida.
Según ese informe
existían las fuentes hidrotermales o respiraderos hidrotermales que son
como chimeneas naturales que albergan todo tipo de vida en el océano y que
actúan como viveros de aminoácidos que son compuestos orgánicos esenciales para
la formación de la vida.
“Encontradas alrededor de las grietas en el fondo marino,
los respiraderos hidrotermales que se hallan alrededor de las grietas en el
fondo marino, liberan el fluido calentado debajo de la corteza terrestre.
Cuando estas chimeneas interactúan con el agua de mar que
las rodea, crean un entorno en constante cambio necesario para la evolución de
la vida”: (https:/www.milenio.com)
“Se supone que la vida
comenzó hace unos 3800 millones de años, sólo 700 millones de años
después de la formación de nuestro planeta.
En el gran
laboratorio de química que era la tierra primitiva se sintetizaron las primeras
moléculas orgánicas que fueron organizándose progresivamente para formar otras
más largas y complejas.
Consideramos que esas células primitivas fueron los primeros
seres vivos, pues tenían la capacidad para
automantenerse y autorreproducirse.” (https://www.lavanguardia.com/ciencia/planeta-tierra
)
Pero también está la teoría de la actividad eléctrica que
sostiene que “ las corrientes eléctricas pueden producir aminoácidos simples y
azúcares, a partir de distintos compuestos químicos también simples que se
encuentran en la atmósfera”.
Entonces los rayos, al entrar en contacto con los elementos
propios de la atmósfera terrestre pueden haber originados las primeras formas
básicas de la vida.
Y siguiendo con el tema podemos analizar la teoría de la
panspermia que propone que la vida en el planeta tierra comenzó a partir de “
rocas, meteoritos y restos de material cósmico que han impactado nuestro
planeta desde sus primeros momentos de existencia”.
Tres teorías más intentan explicar el origen de la vida en
nuestro planeta: la teoría del RNA ( de
las proteínas): “ el ácido ribonucleico es el compuesto que actualmente se
considera crucial en la organización y expresión de nuestro material genético.
La teoría de la generación de la vida que se explica a
través del RNA, dice que la vida ocurrió
por un brote espontáneo de RNA en nuestro planeta”.
Y la teoría de la génesis por debajo del barro propone que
la vida evolucionó a partir de la concentración de barro que pudo servir
como algo parecido a un caldo de cultivo
para los componentes necesarios para generar el ADN y el R
Neil Degrasse Tyson
dijo: “el Universo no tiene la obligación de tener sentido para ti”.
¿Y para quién entonces?
Este es “mi”
universo, conformado por miles de millones de galaxias donde nuestra querida
Vía Láctea gira a una velocidad de 960.000 kilómetros por hora...¡por Dios!
Las galaxias se están alejando unas de otras- esto ha sido
comprobado científicamente-, y podría ocurrir que este alejamiento podría
detenerse algún día “ y entonces las galaxias volverían a concentrarse
eventualmente en un punto mediante un fenómeno conocido como Big Crunch, o gran
contracción que significaría el fin de todo lo existente”. ( https:
//www.analitica.com )
Recuerdo que Lucrecio dijo que “ el mundo ha persistido
durante muchos años tras haber sido puesto en marcha con movimientos
apropiados”.
“Dios creó el mundo, la ciencia muestra el camino que
siguió” ( José C. Pena :“Dios y Darwin”.
pag 246)
Una laguna...
Una laguna y una historia de extrañas apariciones para
contar.
Los íconos de una iglesia ortodoxa se escapan del altar.
La cabeza descubierta.
Rotar las muñecas.
En el aire se huele a goma recalentada, a aceite quemado;
toda la avenida Cabildo parece respirar un calor húmedo y pesado obligándonos a
soportar estas molestias más allá de nuestros propios deseos perdiendo toda
ambición.
Por momentos la avenida parece un mar de aceite de un gris
opaco.
¡Qué largas se hacen las horas sin nada para distraernos!
Automóviles, ómnibus, camiones, furgonetas , motos y hasta
una ambulancia transitan como persiguiendo un destino que los lleva más
allá de la rutina diaria.
Las reglas obligadas del diario vivir: barbijos,
distanciamiento social y mucho alcohol en las manos; protocolo lo llaman...
Camino hasta la
ferretería de doña Josefa y pienso: ¿qué nos depara el futuro?
El planeta tierra; las estrellas; el sistema solar; el
bossón de Higgs, el gran colisionador de hadrones,
todo esto muy bien estudiado, investigado y explicado en
volúmenes y volúmenes que llenan bibliotecas con los nombres de los científicos
más famosos del mundo.
¿ Nadie se preocupa
por una guerra nuclear?
En cualquier momento, incluso durante esta pandemia, algún
loco presidiendo un país del norte, del sur, del este o del oeste, podría
desatar una tercera guerra mundial y todo...¡bummmmm! ...a la mierda, con la
pandemia, el protocolo, el barbijo, el alcohol
y lo demás.
Me acaricio el brazo, algo armado con tres huesos: húmero,
radio y cúbito.
Rotar la muñeca, armada de ocho huesos: pisiforme,
piramidal, semilunar, ganchoso, grande, escafoide, trapezoide y trapecio.
Al menos esto es lo que recuerdo de las clases de anatomía
de la escuela secundaria.
Mi escuela secundaria: Escuela Normal Superior de Maestros “
Juan Pascual Pringles”, orgullo de la querida San Luis de los años 40;
concurríamos con uniforme gris, camisa blanca y corbata negra...¿qué tal?
Los chicos del Colegio Nacional, nuestros “rivales”, nos llamaban
“los burros pardos”...jajajaja.
Entre las curiosidades de esa época les cuento que para los festejos del 25 de
Mayo se realizaba un desfile de carrozas alegóricas con antorchas; la Patria, representada
siempre por una hermosa jovencita de cabellos negros- elegida entre las alumnas
de la Escuela Normal de Maestras Paula Dominguez de Basán-, se “entronizaba” en
lo alto de la carroza sujeta más o menos bien según la habilidad de los
“constructores” del artefacto montado sobre un camión.
Pues bien, rodeando el vehículo y con antorchas encendidas
los alumnos de la Escuela Normal Superior
de Maestros Juan P. Pringles , conscientes de la envidia de los chicos
del Colegio Nacional, desfilaban frente al numeroso público presente.
¡Como para no estar orgullosos de pertenecer a la querida
escuela que recordaba con su nombre al héroe de la gesta sanmartiniana!
Pero...no...no nací en San Luis; nací en Santa Fe en 1935
pero por cuestiones de trabajo, trasladaron a mi padre a San Luis en el año
1940 como jefe electricista de la Unión Telefónica como se denominaba en
aquellos años la empresa de teléfonos.
En una tarde fresca
de verano mi padre José Inocencio, ex boxeador en su juventud; mi madre Ofelia Zulema, profesora de piano, mi hermana Beatriz con
tres años y yo, el niñito Eduardo con cinco años, arribamos a una ciudad que era un poco más que un
pueblito.
Viviríamos en la casa
que la empresa que empleaba a mi padre
le cedía; una casa situada en los fondos del edificio principal con
parrales; la casa donde casi pierdo la vida jugando con mi hermanita en la sala
de la gran dínamo; la casa en la que tuve mi primer gato que llamé Milonga y
que murió al caerse por una escalera.
Pero vamos...¿no era que los gatos tienen siete vidas?
Continúo...esa casa
donde falleció mi hermanito
Jorge, el único puntano, a los tres meses de lo que llamaron en esa época “
muerte blanca”; la casa donde tuve mi primera relación sexual; la casa que
soportó el terrible terremoto de San Juan en el año 1944; la casa ubicada en Belgrano
entre Rivadavia y San Martín separada por unos metros del edificio del Banco de
la Nación Argentina distante pocas cuadras de la Plaza Pringles, la plaza de la
famosa “vuelta del perro”: los hombres paseando en un sentido y las jovencitas
por el contrario, se cruzaban las miradas intencionadas...y así se armaban los
noviazgos.
Las dependencias asignadas a nuestra familia contaban con un
recibidor en la planta baja donde se
destacaba la presencia del piano Simmerman traído desde Santa Fe para las clases
de piano que daría mi madre; dos dormitorios, cocina y baño y otro comedor más
pequeño en la planta superior con un gran ventanal desde donde se divisaban las
montañas que parecían estar al alcance de las manos y que fueron nuestras
“guardianas” durante los años de la
niñez y adolescencia.
El Simmerman sería mi primer piano con el que inicié los
estudios en el Conservatorio Miceli dirigido por doña María Belia Villegas de
Britos, una mujer encantadora que supo
despertar mi amor por el instrumento que sería el compañero de toda mi vida.
Viví en el edificio de la empresa de teléfonos hasta los
veinte años ; el servicio militar me destinó a servir en la Marina, abandoné entonces San Luis y fui a
dar con mis huesos a Puerto Belgrano para iniciar un periodo de dos años de vida militar.
Nunca olvidaré el consejo que nos dio un suboficial el
primer día de entrenamiento.
Reunida toda la tropa con voz clara y resonante nos dijo: “
Las bolas las cuelgan afuera, en el alambrado, y cuando se vayan se las vuelven
a colgar”.
Borges puro.
Concluido el servicio militar un inesperado ofrecimiento de
trabajo en la ciudad de La Plata me llevó a ser profesor de música del Colegio
San Vicente de Paul echando por tierra
mis planes de estudiar piano en la
Escuela de Música de Mendoza famosa por su calidad académica.
En la ciudad de los tilos viviría desde 1957 hasta 1990
dedicado a la enseñanza del piano como instrumento
pero con algunos episodios en los que abandonando la docencia de la música, por vueltas de la
vida, fui sucesivamente mozo de una cafetería; pianista de conjuntos musicales
de bailables; empleado de la conocida joyería El Trust Joyero y Relojero ,
pianista acompañante en la Escuela de
Ballet del Teatro Argentino de La Plata y
finalmente técnico radiólogo de
un centro médico privado en la capital.
Volvería entonces, y ya instalado en la ciudad de Tigre, a
mi antigua vocación de profesor de
música reiniciando la docencia con alumnos particulares, modalidad que
proseguiría hasta 2020.
Mis propios recuerdos; la imaginación que viaja con nuestros
sueños conectándonos con las voces que resuenan en el interior y nos cuentan
historias.
Tres tentaciones: esperar, justificar, culpar al otro.
¿Quién soy?
Soy yo, el Eduardo que muchas veces simplemente es un tonto
y otras veces, un irascible vejestorio.
Me gustaría poder poner en una misma línea mis pensamientos,
mis emociones, mis sentimientos.
Pero eso rara vez ocurre.
Podemos cambiar, eso es cierto y el cambio comienza en el
mismo momento de concebirlo.
Pero debemos creer con todas las fuerzas de nuestro
intelecto y de nuestro corazón; recordemos que nada es “así”, todo está
aconteciendo.
Modifiquemos nuestro entorno creando una realidad que no
repita continuamente las mismas experiencias, los mismos errores, siempre
buscando el lugar del confort.
Soy el dueño de mi cerebro; él participa en todos los procesos de mi vida; cuando
funciona bien yo la paso de suertes.
En estos meses de pandemia hemos sufrido toda clase de
traumas: físicos, psicológicos, económicos, inundados por pensamientos negativos e información
contradictoria.
El miedo y la angustia han presidido más de una mesa y
nuestros hogares se transformaron en cárceles inesperadas.
Y por supuesto...lo de siempre: esta pandemia es un castigo
divino.
Pero...¿ es así realmente…?, ¿Dios castiga?
De inmediato nos viene a la cabeza el famoso diluvio. Y no
olvidemos que del HIV se dijo también al comienzo que era un castigo divino.
Y otra cosa: ¿quién no ha escuchado alguna vez : “si te
portas mal, Dios te va a castigar”?
Por otro lado: ¿Dios no es el Padre de toda la Creación?
Por lo tanto también el Todopoderoso debió crear los virus y de ser así...¿ con qué fin?
Los científicos argumentan que el verdadero origen de esta
pandemia se debe a la propia actividad humana y lo que provocó en la
naturaleza, en el mundo de la política y de la economía
“Lo que nadie podía pensar se ha hecho realidad: la
paralización de un día para otro de toda actividad económica a nivel mundial,
excepto los servicios esenciales.
El mundo moderno estaba tan confiado en sus logros y avances
tecnológicos y tan obsesionado con una economía de crecimiento ilimitado, que
la actual pandemia del coronavirus ha sido un golpe brutal que ha dejado noqueado
el sistema actual, con su ritmo vertiginoso de actividades empresariales y
afluencia de personas de un lugar a otro del mundo”. (Alfonso Ropero Berzosa:“Los virus del Edén”-pág. 15- )
¿Estos son los tiempos del Apocalipsis?
Sobre esto hay opiniones encontradas entre los miembros de
las distintas iglesias “oficiales”.
¿Cuándo es oficial una iglesia?
Divagaciones sobre Música
Sonido: el sonido es una onda de presión que comprime y
rarifica el aire trasmitiendo energía;
puede decirse también que es una “sensación producida en
el órgano del oído por el movimiento
vibratorio de los cuerpos a través del aire.
Es el resultado de una vibración mecánica. Al golpear un cuerpo sonoro, sus moléculas
experimentan un movimiento de ondulación
o vibración.”
“La materia prima de la música es el sonido. El compositor
organiza, escribe, estipula sonidos en ese diseño que es la partitura”.
(Pompeyo Camps: “Comprensión y goce de la música”)
Los psicólogos John Sloboda y Patrik Juslin, de la Universidad de Keele, nos dicen
que “la base de nuestro comportamiento emocional es la capacidad de respuesta a
situaciones que, de algún modo, nos sorprenden”.
Y agregan:” Parece que la música pone en marcha los
mismos mecanismo de asombro”. (Revista
Muy Interesante- Junio de 2004-pág.20)
Sonidos...silencios...ruidos... ¿sólo eso es la música?
Los animales...¿disfrutan de la música?
Tuve un gato siamés al que llamé Yimmel y que siempre que
tocaba en el piano obras de Juan Sebastián Bach venía y se echaba a mis pies
con el inconveniente de impedirme utilizar los pedales del instrumento.
Al principio no me di cuenta pero después, hice la prueba de
cambiar de compositor y tocaba, por ejemplo, Federico Chopin, el gato,
despaciosamente se levantaba del piso y se dirigía...a donde le vinieran ganas.
Luego retomaba algún trozo de Bach y... el gato reaparecía.
¿Casualidad?...era lo que me decían mis amigos, pero nunca
lo creí.
Algo en la estructura de la música de Bach hacía que el gato
se movilizara hacia el instrumento.
La música: ¿ es importante para nuestra vida?
Casi nadie duda que al escuchar una bonita melodía nuestro
estado de ánimo se modifica.
“ Una de las teorías más defendidas al respecto señala que
la naturaleza humana dicta las condiciones que debe tener una secuencia de
notas para que la interpretemos como una pieza musical”.(Jorge Alcalde: Cómo
nos transforma la música”- Revista Muy Interesante- Junio de 2004) Pág 18)
La música no sólo afecta lo emocional sino que ayuda a mejorar nuestro estado de ánimo reduciendo el estrés y mejorando la concentración y la
memoria; pero no solo eso: también se ha demostrado que cuando escuchamos
música el sistema inmunitario se regula, mejora la capacidad cognitiva y el
estado emocional y se mejora la concentración y la memoria.
“ La psiconeuroendocrinóloga e intérprete musical, Daysy Fancourt, del Colegio Universitario de
Londres, ha demostrado que cuando escuchamos o componemos música, así como cuando tocamos un instrumento, se regula
nuestro sistema inmunitario”.(Revista:Mente & Cerebro- Artículo: “El baile,
un elixir para la vida”- Julia F. Christensen-N° 105-Diciembre 2020 )
Desdichadamente hay circunstancias que impiden el goce de la
música y una de ellas es padecer amusia
o incapacidad para apreciar la música cualquiera sea su
género, y la otra es sufrir de anhedonia musical específica por la cual la
persona no siente placer al escuchar música.
La amusia es un
trastorno que impide reconocer sonidos o secuencias de sonidos musicales. O
sea: incapacidad para reconocer un sujeto melódico o rítmico.
Existen distintos tipos de amusia:
Amusia motora: incapacidad para silbar o cantar una melodía
o reconocer una secuencia rítmica a pesar de que el sentido del ritmo es una
capacidad innata en los seres humanos.
Amusia perceptiva: incapacidad para reconocer sonidos.
Existe la amnesia musical: incapacidad para reconocer
canciones familiares.
Apraxia musical: incapacidad para interpretar música.
Agrafia musical: incapacidad para escribir música en
personas que sabían y podían manejar esta habilidad.
Alexia musical: incapacidad para leer música en personas que
sabían hacerlo.
Amusia instrumental: incapacidad para tocar un instrumento
musical.
Las personas que padecen de amusia pueden escuchar música
pero no la disfrutan ya que al no poder
procesar la altura de los sonidos, los sujetos melódicos no tienen ningún
sentido y por lo tanto no provocan ninguna reacción emocional.
En alguna amusias extremas la música puede volverse
verdaderamente desagradable y hasta irritante.
Finalmente…
“Sólo existen dos días en el año en que no se puede hacer
nada. Uno se llama ayer y otro mañana.
Por lo tanto hoy es el día ideal para amar, crecer, hacer y
principalmente vivir”-(Dalai Lama)
Fuimos llamados a la existencia, y se nos dio la fe como
donación de luz.
“No me digas lo que soñaste mientras duermes; dime lo que
sueñas cuando estás despierto”-(Reb Noson )
Mi Ángel Guardián
Nithaiah, mi Ángel Guardián representa a la dominación y la sabiduría.
Sostengo en mis hombros
el planeta Marte y en la Kabalá su Sefiroth es Jesed
No importa, me visto con ropas de color azul claro, me
perfumo con ámbar y en la solapa una flor de cactus blanca; que no falte en
algún dedo de la mano un anillo de diamante o un rubí o un topacio azul.
Nithaiah, el Ángel de la ley; por supuesto de leyes que
armonizan los decretos divinos con el acontecer de la vida del hombre.
Mi Ángel Guardián me dice que si no respeto y asumo mi
responsabilidad frente a las leyes humanas, mi vida dará encontronazos con la
Voluntad y los designios del Creador.
Ahora bien, hay un aspecto que no es menos importante y es
cómo me relaciono yo con la autoridad representada por mis padres, mis
maestros, mis profesores, mis jefes, mis directores.
Creo que el estar bajo la protección de Nithaiah me capacita
para lograr una buena adaptación en cualquier situación lo cual no quiere decir
que acepte todo gustosamente.
No me siento amenazado por la persona que ejerce autoridad.
Por estar bajo la protección de este Ángel , debería ser una
persona tolerante y tranquila.
Y además compasiva…
Se dice que las personas que están bajo la protección de
Nithaiah son generosas y gustan de ayudar a los demás.
Si invocamos a este ángel guardián podemos obtener una mejor
estabilidad psicológica que nos permita enfrentar los problemas de la vida
diaria con serenidad.
En un antiguo grimorio que estaba en la biblioteca de mi
abuelo paterno descubrí una Oración para ponerse en contacto con Nithaiah;
suelo decirla en ocasiones cuando me siento un poco “fuera de foco”… me hace
bien.
Tolerancia, altruismo, generosidad, serenidad…
Simplemente...Nithaiah, mi ángel protector.