DEJA QUE TE CUENTE ESTE CUENTO CUÁNTICA
Estimado lector:
“Deja que te cuente este cuento, Cuántica”, no es un cuento; es una fantasía; es ficción entre páginas y palabras; no tiene orden y no le importa; puede ser aburrido porque fue escrito como se pudo.
No me cuesta decirlo: es un ejemplo claro del submundo de los escritores pretenciosos que sólo son curiosos y nada más, por eso no hay magia ni belleza.
Y a quién le importa.
Un cuento es algo centrado en una vivencia que nos mueve a volcarla en el papel o a narrarla oralmente; por lo general un cuento no es muy extenso y no suele ser abundoso en personajes; en este caso, Cuántica y su gato Pepino son los protagonistas y “alguien”- que nunca se sabe quién es-, continuamente irrumpe con pesados y sesudos comentarios.
“Deja que te cuente este cuento, Cuántica”, me fue soplado al oído por mi daimon.
De cualquier manera, he pasado tanto tiempo “viajando” con mis neurosis que, tal vez estas páginas sean una manera de convocarlas para que me dejen en paz. Se previene al lector de que las “buenas costumbres de la escritura según las reglas de la academia”, no se aplican en este caso.
Y es mejor así.
E.C.- Buenos Aires- 3/3/2019
“Existen cuatro etapas: el tiempo de los dioses, el de los cuerpos, el de las máquinas y el de la crisis”. (Jacques Attali:” Historias del tiempo”)
Hace 13.700 millones de años dije: “Sí”;
donde no existía el tiempo ni el espacio, dije: “Sí”;
donde no había nada
sólo el Misterio,
dije “Sí”.
Dije el Big Bang.
De la nada ¿cómo puede crearse algo?
¿Qué ocurrió antes del Big Bang?
Se dice que: “galaxias, planetas y estrellas se originaron en un punto primordial o,
como lo llaman los astrofísicos, en una singularidad de infinita densidad ocurrida hace alrededor de trece mil setecientos millones de años”.(1)
La danza de las galaxias gira entre átomos y moléculas como
brillantes bolas de fuego;
cadenas de espirales, belleza, sabiduría,
materia y energía, un vacío lleno de contracciones;
el Nombre que no se nombra, materia y antimateria.
Un último ruego:
¡Qué todo salga bien!
Partículas elementales,
el rutilante mundo de corpúsculos y ondas.
La realidad sagrada, mi hermano, el robot,
¿una nueva sociedad de humanoides?
Y en el Uno que todo lo manifiesta, somos vida,
un punto de Luz en el Universo;
un Pulso inteligente que aguarda, expectante,
total, no importa mucho, estamos bañados en un campo de energía,
el mundo existe aunque no tengamos conciencia de él.
¡Qué todo salga bien!
Buscar en lo insondable,
agujeros negros; túneles de gusanos,
mente-universo-Mente,
algo agoniza
para que algo pueda nacer.
“Todo cambio sólo puede producirse por el retorno de la cosa
a su fuente”.( 2)
Espejo, imagen,
un modo de ver las cosas.
Gusto, olfato, visión, tacto, oído, nuestros sentidos
nos mienten una realidad que no es.
El hombre es un ser racional
no sólo porque puede pensar sino porque “puede pensar
sobre el pensar”, y así pensando que piensa
se vuelve un hombre, un hombre pensante y pesado.
¿Somos reducibles sólo al potencial contenido en el cerebro?
¿La inteligencia y el rendimiento intelectual están relacionados?
Yo creo que sí pero el gato cree que no.
Sombras de lo racional y objetivo,
lo cómodo y convencional,
¿te inquieta que el mundo no sea como tú crees?
¿el todo o el Todo?
¿dónde estamos parados?
El sentido común cierra puertas; la cuántica abre puertas, por ejemplo,
a la Teoría M que no sé de qué trata.
Al pasar por el Almacén de Objetos Insólitos compro unos cuantos paquetes
de energía y firmo el cheque con el nombre de Max Planck.
En el recinto las lámparas encendidas permiten que los fotones lo iluminen todo.
Nada es real. Todo es real. Nada es ficticio. Nada es lógico.
¡Gracias a Dios!
Convéncete:
“No podemos arrancar una flor
sin perturbar una estrella”.( Francis Thompson)
Por creer en lo que sabía,
sabiendo lo que creía
me quedé sin saber.
Me he enterado:
si conozco las partes
conozco el todo,
¡no lo creo!
Hay algo detrás de este acertijo
y es otro acertijo que dice que puedo conocer el todo
sin conocer las partes.
No quiero condicionamientos;
no quiero dogmatismos estériles;
no quiero principios,
quiero posibilidades, la libertad del pensamiento.
No quiero estar seguro
de absolutamente nada.
Quiero ser protagonista
no un simple espectador; quiero influir en la realidad de cada día
para que ella influya en mí.
Quiero vínculos,
quiero nutrirme de las viejas tradiciones;
quiero beber la leche de las estrellas,
el néctar de los dioses; bañarme en moléculas y protones;
quiero estar muerto y vivo al mismo tiempo,
quiero ser centella entrelazada,
un gato encerrado en una caja.
No creo en historias contadas para niños;
no creo en lo que ven mis ojos,
en lo que escuchan mis oídos,
en lo que rasco con mano torpe.
No creo que todo termine en “largo, ancho, alto y tiempo”.
(Francis Thompson).
Me subo a caballo del Bosón de Higgs;
la partícula de Dios…¿Dios tiene una partícula privada?
¡Qué zoológico que es este mundo subatómico!
“Pienso, luego existo”;
existo, luego pienso, pienso, existo, luego,
luego que luego, existo: partículas y ondas, el comportamiento dual,
la doble rendija.
¿Cómo se define la inteligencia?
Hoy se dice que no existe una sola inteligencia ama absoluta
de los mecanismos del razonamiento; más bien se acepta la existencia de varias
inteligencias: la lógica; la matemática; la musical; la de orientación espacial.
De allí a proponer la famosa “teoría trifactorial del intelecto” de Robert Sternberg hay un paso.
Existe además el estudio de Howard Gardner realizado en 1983
sobre las siete inteligencias y podemos
agregar la propuesta del psicólogo ruso Lev Vygotski y la importancia
que asigna al entorno para el desarrollo de la inteligencia.
Interludio gatuno I
Una casa. Clase media alta.
En la casa conviven: Ekaterina Essipova, la abuela, ex concertista de piano, 87 años.
La vieja conserva todavía dedos ágiles y seguros.
En este momento ejecuta un Nocturno de Chopin.
No me gusta mucho Chopin; algo almibarado y con cierto tufillo
a conservatorio. Pero a la vieja le encanta.
Bueno…como dije, está la abuela Ekaterina y su hija, Olga, de profesión
ama de casa; viuda de un fabricante de vinos finos que dejó en muy buena posición
económica a la familia; madre de Cuántica Soloneva, profesora de física atómica.
Y por supuesto, vivo yo: El Gato, gris, peludito, mimoso y muy afecto a
las cavilaciones. Mis ojos verdes encandilan y no tengo nada de tonto.
Una casa con hermosos muebles antiguos y pesados, un jardín muy bien cuidado; un gran piano de cola; arañas de cristal, alfombras que asordinan los pisos
y cortinados que impiden que la luz exterior dañe el suntuoso tapizado de los amplios sillones de la sala.
Ekaterina, Olga y la gorda Cuántica Soloneva.
Convivimos en una casa.
En esa casa. La del experimento.
Todo es energía;
todo es una inmensa red de conexiones en un campo de posibilidades;
una extraña ciencia,
una historia extraña,
una mecánica extraña.
Gira el electrón alrededor del núcleo;
gira la tierra alrededor del sol;
gira la galaxia toda
y gira la vida misma.
No me viene el determinismo,
el reduccionismo ni la localidad.
Observar y creer en la realidad que veo,
¿yo no altero nada?
Saber algo que los demás no saben;
el nacimiento de lo nuevo que resplandece
en otras realidades.
Símbolos, sombras, imágenes,
parecería que la creación es sólo un cuento infantil
contado por una abuela que viaja en el tiempo.
En 1935, Hideki Ukawa predijo la existencia de los mesones. Yo nací en 1935 y la Basílica de Luján se terminó de construir en ese mismo año.
El pión, (un mesón), es responsable de mantener unidos a protones y electrones en el núcleo del átomo.
Yo me comporto como puedo y llevo bastante carga negativa.
Bueno…no tanta.
Creo que nos llevaríamos bien con el pión si colaborara
un poco la fuerza de la gravedad para que nos simpatizáramos mutuamente.
Renovar la espiritualidad
para que todo sea probabilidad;
no hay certezas,
la flecha nunca dará en el blanco cuando justamente haga centro en el blanco.
Lo holístico es lo mío
y la música también. En ocasiones escribo haiku.
Vivo en muchos universos simultáneamente.
¡Estas ataduras que retienen los vuelos del alma!
Necesito trascender los límites causales, lo relativo de las magnitudes.
¡El mundo me engaña con su materia entorpecida!
Ilusión y separación: hermanas convenientes;
sin un corazón valiente y una mente liberada de dogmas…qué espero encontrar?
Hastiado de estas convenciones
busco la llave de oro que abra las puertas a otras dimensiones,
a otros mundos;
filosofía, iniciación, sabiduría, nuevos paradigmas,
dos rendijas que atravieso al mismo tiempo.
Ahora me dicen que los taquillones superan la barrera de la velocidad de la luz.
¿Qué es el tiempo? ¿Un estado creativo?
Como dice Lewis Carroll: “El tiempo no quiere saber nada de mí, y para mí son siempre las seis de la tarde”.
O como dice John Wheeler: “el tiempo es la manera en que la naturaleza
evita que todo suceda de una vez”.
Jacques Attali nos diría que : “las formas del tiempo se entrecruzan formando
complicados arabescos.
Entonces es posible hacer diversos relatos del pasado; varios horizontes
del porvenir quedan abiertos”(Attali: Historias del tiempo)
Tendencia a existir,
todo en esta gota de agua; todo como presente;
memoria de caminos y bifurcaciones,
los quarks danzan el minué para que protones y neutrones puedan ser;
si viviera en una estrella binaria podría broncearme mejor.
Alfa Centauri al alcance de la mano.
Quisiera tener la mente de un niño;
su asombro y su inocencia; para él todo es posible.
No quiero modelos, no quiero que me hablen con autoridad; quiero vivir en el presente; no existe el pasado, no existe el futuro.
Los sueños: ¿trascienden el espacio tiempo?
¿Pueden llegar a modificar la conciencia?
¿Existen los sueños lúcidos?
Y más aún ¿puede compartirse un sueño?
Los sueños han inspirado a las más antiguas tradiciones:
los egipcios creyeron en los sueños, y los hindúes, los chinos, los gnósticos, los aborígenes australianos y la Biblia también.
Entrelazadas, las partículas se transfieren información; ¿el universo posee una mente cósmica o él mismo es esa Mente Cósmica?
Nosotros y el universo estamos formados por las mismas partículas;
¿somos, acaso, seres que surgieron
por una simple casualidad en la evolución?
James Jeans nos dice que “el Universo empieza a parecerse más a un gran pensamiento que a una máquina”.
Una fluctuación cuántica y tenemos todo este embrollo
de estrellas, planetas, galaxias…
Como una onda impulsiva, llena de energía;
como olas que danzan sobre crestas y valles;
tan vieja como el Universo,
azarosa vida de la naturaleza, mi vida.
Quiero ser paciente;
eliminar los hábitos que nos identifican
con el antiguo “yo”;
crear nuevas redes neuronales, abandonar la zona de confort.
Dar un paso cada día es suficiente,
¡a esta edad, y con 50 billones de células a cuestas!
Un día, por casualidad descubrimos el fuego,
al día siguiente construimos La Máquina de Dios;
¿qué acto de magia ocurrió
para provocar este milagro?
No hubo ningún acto de magia;
ningún arcano que nos diera la iniciación y la sabiduría;
no hubo un bebedizo milagroso, ningún códice,
ninguna fórmula sagrada que nos revelara el Misterio.
Simplemente hubo evolución;
hubo evolución, simplemente.
¿Simplemente?
¡Qué breve es esta vida!
¡Qué breve para calmar tanta curiosidad!
Dicen que la filosofía ha muerto,
entonces: ¿dónde buscaremos respuestas para tantos
“cómo” y “por qué” que aún persisten?
¿Somos simples espectadores de un Universo que está ahí,
funcionando como una perfecta máquina de relojería?
He aquí una interesante definición de lo que somos:
“sistemas complejos de tamaño limitado que se reproducen”. (3)
¿Qué es lo que sabemos realmente?
¿Existe una causa para todo?
¿La mente construye esta aparente realidad?
Átomos, ondas, energías, producen árboles,
ranas, amaneceres, nieve, la bomba de Hiroshima;
el vuelo del ruiseñor ; el bosón de Higgs, un bebé llorando.
Nos perdemos una cantidad enorme de sonidos, colores y formas.
Newton nos fue útil pero ahora se abren para el hombre las puertas del infinito;
una nueva “verdad” (que sólo lo será por un tiempo) invade todos los campos
del conocimiento;
nuevas creencias para desmontar las viejas
(aunque esto nos cause angustia); nuevos desafíos que tienen
que ver con el micromundo, los multiversos y el mundo espiritual
Acceder a otros estados de conciencia trascendiendo nuevas realidades.
Dice el gran físico Niels Bohr: “Aquel que no se asombra
cuando se encuentra por primera vez con la Teoría Cuántica es que,
no se ha enterado de nada”.
“Se mueve, no se mueve;
está lejos y está aquí.
Está en el interior de todo esto,
de todo esto fuera está”.
Isa Upanishad
Sólo utilizamos un 10% o un 15% de nuestro cerebro.
El “tercer ojo”, el “umbral místico”, aguarda para ayudarnos a despertar
una superconciencia capaz de transformar al hombre común en un superhombre; pero esto sólo se
logrará cuando, por fin,
accedamos a la Conciencia Espiritual.
Dijo Louis Pauwels: “Hay para la humanidad un destino que no podrían concebir
los hombres corrientes y cuya visión no podrían soportar”.
Quiero cambiar, digo que “quiero cambiar”,
me esfuerzo entonces en cómo lograrlo;
repito una y mil veces: “quiero cambiar”; quiero una vida diferente.
Quiero alcanzar mis sueños;
trazo planes y armo proyectos;
gasto una enorme energía mental y no pasa nada.
Las viejas rutas neuronales cantan sus viejas canciones.
El doctor Joe Dispenza nos dice: “Eliminar las experiencias
que se han convertido en una parte de la estructura del cerebro, puede ser
increíblemente curativo”.(4)
No quiero ser el mismo de ayer.
No quiero ser Eduardo. No quiero ser Pepino.No quiero ser Edupearpidono.
La misma realidad que creo crea siempre lo mismo.
Me identifico con esa mesa, esa comida, esa camisa, la misma cafetería.
¿La mente podría crear otra realidad?
¿Todo esto me llevará a una profunda transformación de la conciencia?
No lo sé.
Viento, laúd,
la estrella que viaja
sin importarle cómo;
desiertos, océanos, montañas nevadas;
la proa de un crucero y el electrón esquivo;
un gato, dos rendijas
y un cerebro partido al medio.
“Bumba vomitó el sol, la luna, las estrellas, el leopardo, el cocodrilo,
la tortuga, el hombre”, (5) ¿para qué tanto trabajo?
Y qué diremos del Jardín del Edén, la gente de barro, la serpiente vil,
la manzana desabrida.
Tomamos un poco de hidrógeno, helio, deuterio y litio y los mezclamos,
¿tenemos un universo?
Una estrella es un horno, a veces explota (¡como una suegra enojada!)
y desparrama a diestra y siniestra sus porquerías, es decir: “sus elementos pesados"(6)
Los dioses primitivos movieron el sol, la luna y las estrellas
a sus caprichos y voluntades pero la astronomía dijo:
¡No, señores, hay leyes que gobiernan el comportamiento
de estos cuerpos celestiales, hay leyes y no milagros!
Visión interior + estímulos externos (comienzo)
Pensamiento + imaginación (lucha)
Rapto: anulación de la voluntad y el discernimiento.
Acción: caída.
¿Por qué existen leyes en el universo?
¿Existió una Causa Primera?
¿Cómo se crea un modelo bien construido?
“Una vez más me asombraba ante el misterio del universo.
¿Qué era el mundo que me rodeaba?¿Quién hacía girar esa esfera
sobre su eje?¿Quién movía la Tierra alrededor del Sol?
¿Quién hacía que la sangre fluyera por mis venas y las ideas
cruzaran por mi cerebro?
Sentí que había un Dios. Un Dios que se ocultaba junto a mí,
por encima de mí, dentro de mí, y por primera vez me pareció
extrañamente cercano. Creí percibir Su infinita grandeza, Su eterno silencio,
Su vasto poderío sobe un cosmos del cual era responsable y del que no
podía apartarse ni por un segundo”.(7)
Ser consciente de la propia existencia; ser un mekubal (cabalista) que sólo vive en el presente
porque el pasado es historia y el futuro una pregunta.
El Golem acecha siempre.
Interludio gatuno II
¡Maldita gorda…! La veo hurgueteando hace rato en esa caja;
algo se trae entre manos, la gorda… no creo que esté
preparando un experimento para la universidad; creo que en realidad, se trata de algo siniestro.
Cuántica se viste con sedas y lentejuelas… ¿qué científica seria se
vestiría de esa manera?
¿Y qué contiene esa ampolleta que lleva en la mano?
No pienso sacarle los ojos de encima.
Hace días que me mira y sonríe, hace cálculos y cálculos y más cálculos
en ese pizarrón enorme…¿qué busca?
No entiendo pero pienso que todo eso tiene que ver conmigo;
hace ademanes con los brazos en el aire como una loca
y murmura hablando consigo misma:
<<Si…bueno…tal vez…sólo deba considerarlo como una posibilidad>>
Beethoven
Plenoid y Beethoven se sentaron frente a frente ante la mesa de trabajo del compositor.
Alcanzándole hojas pentagramadas Beethoven dijo al robot:
-Escríbeme la Novena Sinfonía.
Plenoid tomó los papeles y en tres minutos y 70 segundos escribió la Novena Sinfonía; tres minutos y 70 segundos es un buen tiempo para un robot.
Casi con desgano Plenoid devolvió las hojas al Maestro.
El robot estaba orgulloso de su inteligencia artificial y su capacidad para resolver cualquier problema sobre composición musical ya que esa era su especialización.
Plenoid toca muy bien el piano y canta con dulce voz.
Nunca se consideró una “máquina” construida para realizar “tareas sucias, repetitivas o difíciles”
que es, supuestamente, para lo que se fabricaban los robots.
Mucho menos se sintió “un ser mecánico hecho de engranajes que se limita a cumplir las funciones
para las que ha sido diseñado”. (8) Plenoid fue activado para ayudar al Maestro en la tarea de
copista.
Beethoven observó por largo rato el trabajo de Plenoid y luego, con el gesto ceñudo (o sea el de siempre), le mostró un pasaje de la obra.
-Esto está mal-exclamó Beethoven-, muy mal, muy mal… ningún violinista en el mundo tocaría estas notas sin sentido y embarulladas.
La música nace del corazón, Plenoid, no de aplicar correctamente las reglas de la composición. La música debe conmover, ser sangre y dolor, grito y arrullo… corrige esto. Es un desastre.
Y devolvió las hojas con gesto brusco.
El robot no dijo nada pero para sus adentros pensó:
<<Siempre, siempre tiene que descubrir algo para molestarme>>
Suspiró; de pronto su humor cambió; con tristeza Plenoid vio alejarse a Beethoven con sus espaldas encorvadas arrastrando apenas las piernas con esfuerzo, la cabeza inclinada y los hombros vencidos.
El Maestro sacó de entre una montaña de papeles pentagramados su propia partitura de la Novena Sinfonía y se la entregó a Plenoid.
El robot sólo demoró 35 segundos en leer toda la obra; 35 segundos de asombro, 35 segundos de epifanía.
Inclinó su cabeza llena de chips, micrófonos, cámaras y pensó:
<<Sin duda este hombre es un milagro de la música>>
Y fue esa la primera vez en la que, finalmente, pudo llorar.
Arriba,
abajo,
extraño encanto que une el fondo y la cima.
Verde fronda,
la sangre es roja y azul la aurora de los ángeles.
Un cero como un punto,
un uno que es una flecha;
si son dos es porque la flecha tiene dos cabezas y siempre la incertidumbre
señorea sobre toda especulación.
Es como un éxtasis.
Otros mundos, otros espacios, otros tiempos.
Teoría de la relatividad; mecánica cuántica, agujeros llamados “negros”
vaya a saber con qué intención.
El saber científico se apropia de la humanidad;
la humanidad se apropia del saber científico,
humanidad del científico saber la apodera se.
Preguntas y respuestas que son nuevas preguntas;
supernovas, enanas blancas, una cofradía de incertidumbres,
¡ oh… para qué nombré la palabrita!
Horizonte de sucesos, la singularidad;
dicen que el origen del universo “comenzó de una manera muy sencilla”,(9)
después se transformó en un contrapunto a 16 voces,
¿qué les parece?
Dios es un sinfonista. Y la mecánica cuántica su manual de instrucciones.
¿Pueden predecirse los sucesos del Universo cuando parecen
ocurrir de modo arbitrario?
¿Interviene el Creador en su Creación?
“¿Puede Dios hacer una piedra tan pesada que Él no pueda levantarla?” (10)
La filosofía ha muerto; el ritmo de desarrollo de las ciencias ha acallado sus voces o al menos, las han hecho innecesarias para comprender los misterios
de los multiversos.
El teorema de Godell: ¿el universo es una calesita que gira?
Huble descubre la expansión del universo.
Por el interior de un agujero negro que rota viajamos al pasado
y bebemos vino con Cleopatra.
Feyman y su teoría cuántica explicada como una suma de historias;
la unificación de la física en una teoría completa que explique toda la creación.
¿Verdaderamente, Einstein se negó a creer en la mecánica cuántica?
S. Hawking nos dice: “Hace setenta años, si teníamos que creer a
Eddington, sólo dos personas entendían la teoría general de la relatividad.
Hoy en día decenas de miles de graduados universitarios la entienden y a muchos millones de personas les es al menos familiar la idea”. (11)
Beethoven nuevamente
-Plenoid-exclamó Beethoven-, estoy preocupado; mi reloj atrasa cinco minutos por día.
-Maestro-¿quiere que lo lleve al relojero para que lo examine?
-No… déjalo así…no es tan importante.
El robot se acercó a Beethoven sentado ante el piano;
no quería interrumpir su tarea pero no pudo dejar de decirle:
-Si usted quiere, Maestro, puedo prestarle mi reloj de cecio; atrasa un segundo cada 300 millones de años.
Plenoid sabe que los seres humanos por debajo del milisegundo ya no perciben nada.
Beethoven sonrió, miró al robot que estaba quitándose el reloj y le contestó
calmadamente:
-Amigo… ¿crees que viviré por tanto tiempo?
Interludio gatuno III
Soy el gato de la gorda.
Como siempre, ella sigue haciendo cálculos y más cálculos,
borra y vuelve a empezar; extraños signos,
operaciones con números y letras desconocidas.
Y cada tanto una miradita hacia el rincón donde estoy descansando
sobre la mullida alfombrita cerca de la ventana entre dos maceteros.
Una sonrisa boba deforma aún más su cara mofletuda.
Soy el gato de la gorda… ¿soy el gato de Cuántica?
Y si no… ¿quién soy?
¿Cuándo nací? ¿Y dónde? ¿Por qué estoy en este lugar?
¿Existía hace unos minutos?
¿Tengo un pasado?
¿Qué es tener un pasado? ¿Inventarlo?
¿Qué edad tengo? ¿Cuánto tiempo ha transcurrido desde que nací?
Desde este momento actual… ¿llegaré a un futuro?
¿El tiempo transcurre? Algunos físicos dicen que no; que simplemente
el tiempo “es”.
Tampoco parece cierto que el tiempo vaya desde un pasado hacia un futuro
como si corriera siempre en el mismo sentido…¿ entonces?
La gorda se define como un ser humano; pero, ¿qué es “ser humano?”
¿Alguien con capacidad para pensar?
¿Alguien que siente alegría, furia, tristeza, odio o simplemente aburrimiento?
Todo eso también lo siento yo.
Los gatos, sin ser “humanos”, debemos tener mucha importancia en el juego de la vida.
Para el budismo, los gatos representamos la espiritualidad, paz, armonía,
relación con lo trascendente. Somos seres iluminados.
En muchos templos asiáticos es común ver estatuas de Buda con gatos acurrucados en su regazo; somos capaces de ver mucho más allá de este mundo físico; ahondamos en los misterios del Cosmos y mantenemos una conexión muy profunda
con el mundo espiritual.
John Horton Conway ha dicho de nosotros:
“Los gatos sí que son complicados ¿Qué hay en las pequeñas moléculas y otras materias para que un gato se comporte de manera
diferente de otro?
¿Qué forma un gato? Y ¿cómo se define un gato?
No tengo ni idea.”
Agujeros negros.
¿Qué misterios guardan estas tumbas del tiempo
que tan celosamente custodian que ni siquiera la luz puede escapar de ellos? Quienes pueden explicarlos dicen algo que sólo ellos comprenden.
Y uno se queda con lo negro (que parece que no es negro)
y el maldito agujero. No pertenecen a lo terrenal y menos
a lo cotidiano.
Son un derrumbe de la materia y del sentido común.
La conciencia en un ardiente día de verano; un ventrículo del cerebro;
La mitad del estómago y un tercio del corazón.
La conciencia es un chorro de sangre y un punto entre las cejas;
San Agustín, Descartes y Nabokov hicieron un rondó con la conciencia.
Y alguien locamente la comparó a un gran órgano de iglesia
construido con microtúbulos que la sostienen.
En el teléfono
-Buenas tardes, doctor, quisiera…
-Perdone…habla con el robotdoctor Galíndez.
En el estudio jurídico
-Buenos días, abogado…hace unos…
-Perdone, señora…está hablando con la robotsecretaria
de los estudios Mercuchi-Escudero.
En el hospital
-¡Abuelo!...¿cómo estás?
-Lo siento, niño…estás hablando con el robotenfermero que cuida
a tu abuelito.
En el ejército
-General…¿usted cree que…?
-¡Atención!- Soy un Robotgeneral; ése es mi rango.
En la escuela
-¡Señorita! ¡Señorita…! ¡Alume me tiró con una tiza!
-Siéntate, Alume y no molestes o te enviaré a la dirección-
dijo la robotmaestra Herminia.
En la iglesia
-Padre-…hace una semana que no me confieso.
-A ver, hija mía… dime lo que para ti es pecado-respondió
con dulce voz el robotcura de la parroquia.
En la verdulería
-Buenos días Cornelio…¿a cuánto está la sandía hoy?
-$#JHYIO)(:NJKL
-¿Cómo?...no entiendo…¿cuánto cuesta la sandía?
-38xchg09{ñsty
-¿Qué…?
-Ye89fgitño
-¡Don Mario!...su robotverdulero se volvió a descomponer!
Plenoid y sus amigos
Sé que muchos piensan que Plenoid debe sentirse muy solo
en este mundo; no tiene “ amigos”, no tiene “parientes”
no tiene “semejantes”, no tiene…
Pero: ¿qué es un robot?
Suelen ser definidos como “máquinas electromecánicas capaces de realizar tareas de forma autónoma”.
Hasta hay robot que asisten a niños.
Cuando yo era pequeño jugaba con una latita tirada por un piolín y la latita
era sucesivamente un tren, un auto, un perro.
Como dije, Plenoid sabe de la existencia de otros robots que comparten
muchas de las “cualidades” que los hacen tan especiales.
Robot humanoides suelen llamarlos…no sé si me agrada
esa denominación, hasta me parece contradictoria: o se es humano
o se es robot, pero:¿ humanoide?
Así pues Plenoid sabe de la existencia de Thor RD; de Nao; de Atlas;
de Hubo; de Geminoid F, un androide femenino que puede sonreir e imitar expresiones faciales, creado por el profesor Hiroshi Ishiguro; de Asimo; de S-One; de Valkyrie; de Robonaut 2;
de Rex, el hombre biónico que posee sangre sintética y órganos artificiales
y que supuestamente fue creado para “facilitar estudios médicos”; sabe de Aiko Chihira; de LS3, el caballo mecánico; de Handle; de Spot, el mini perro y de su amigo Curiosity Rover; de Asuna, el robot que figura una adolescente japonesa de increíble realismo y de Actroid F que interactúa como acompañante de pacientes hospitalizados y…¡señores!, Plenoid tiene además, un “amiguito”, CleanseBot, “un robot limpiador que desinfecta cualquier superficie con rayos ultravioleta.
Es pequeño, sólo posee un diámetro de 13 cm y una altura de 3 cm y pesa
220 gramos; un “bichito electrónico” creado por Tam Yang y Cecilia Hsu” (12)
Toda una corte de los milagros.
Respecto a esto, George Annas, profesor de la Universidad de Boston, ha dicho que “se corre el riesgo de cambiar lo que significa un ser humano”. Frankenstein al alcance de la mano.
Interludio gatuno IV
Schrödinger…Schödinger…la gorda lo nombra mucho, sobre todo
cuando habla por el celular con sus “colegas”.
¿Quién será este Schrödinger…? ¿El novio de la gorda?
¿Un compañero? ¿Tal vez un profesor de la universidad?
No lo sé…pero me trae mala espina porque cada vez que nombra
a este tipo y su “experimento” (¿qué es un experimento?) me mira
y sonríe mostrando su dentadura de teclado de piano.
Hoy se apareció en el laboratorio (como dije antes, la familia de la
gorda quedó con mucho dinero heredado del padre, lo que le permitió a Cuántica
instalar un laboratorio en su propia casa); bueno, sigo, hoy apareció
vestida de negro con toda la melena recogida hacia arriba terminando con un gran moño dorado como un “montaje” de pelos que me hizo recordar de algún modo retorcido los tocados que lucía en su cabeza (creo que les decían “turbantes”), una vieja estrella cinematográfica que conocí en mis tiempos de juventud llamada Carmen Miranda.
¿Saben qué nombre me ha puesto la gorda? ¿A que no adivinan? ¿A ver…?
Pues…señores, me bautizó… ¡Pepino!
¡¿Se imaginan?! ¿Pueden creerlo? ¿¡Llamar Pepino a un gato!?
“¡Pepino aquí…Pepino allá… ¡Pepino…Pepino! grita como si estuviera en la cancha de River mientras mueve su esperpéntico cuerpo por toda la casa tratando de alcanzarme pero yo me escapo siempre porque no le tengo ni pizca de confianza.
Hay algo en ella de retorcido y maléfico, gestos que la descubren,
miradas cargadas de intención y esas manotas de dedos regordetes llenos de anillos.
¿Cómo no se le enganchan entre los aparatos que manipula en el laboratorio?
¡Pepino! Llamar Pepino a un gato es insultante.
Un gato puede llamarse…por ejemplo: Max o John, (muy distinguido) o
Serge…tal vez: Erwin, lo que le daría prestigio…pero ¡Pepino!
Sólo a esta descerebrada se le puede ocurrir semejante cosa.
Interludio gatuno V
Cuántica habla con un interlocutor imaginario; yo estoy echado sobre el piso
y ella cree que no escucho ni entiendo nada de lo que habla a solas.
Y ahora parece que se está por dedicar a la arquería porque
la escucho hablar de “las flechas del tiempo”; “ la flecha termodinámica”,
“la flecha cosmológica”, flechas y más flechas; digo yo:
¿estas flechas son como las que arrojaban los indios?
Ella no sabe que puedo hablar porque soy un gato muy especial;
pero me gustaría aconsejarle que si se va a dedicar a esta práctica
sería bueno que estudiara el arte de la arquería en el Japón tradicional.
Interludio gatuno VI
Cuántica en su laboratorio intenta explicar a un alumno (yo escucho),
los increíbles y revolucionarios adelantos referidos a las neurotecnologías
entre las que se cuentan las posibilidades
de influir sobre la actividad cerebral al punto de poder hackearla
para alterar “capacidades como la percepción; el juicio,
la moral, la tolerancia al dolor”.(13)
¿Se podría llegar al punto de implantar en mi cabecita gatuna nuevos recuerdos,
obligarme a la toma de decisiones aun en contra de mis propias creencias
y lo peor: hacerme creer que soy un perro que ladra a la tres de la tarde?
¿Podría construirse un gato biónico que resultara ser un primo segundo mío?
Los humanos dictan conferencias y se reúnen en convenciones
para regular éticamente el uso de armas biológicas y las surgidas
de las neurotecnologías.
No se preocupen, muchachos, la ética murió ya hace tiempo
a manos del poder político-militar.
¡Febo asoma!
El experimento
<<Bien…pensó Cuántica…tengo todo listo…
¿Cómo hago ahora para pillar a esta pequeña bestezuela?
Con la desconfianza que me tiene este gato, nunca permitirá que me acerque,
sino fuera porque es el “protegido” de la abuela Ekaterina, ya lo hubiera
echado a la calle, pero…
Hay una posibilidad…como es tan curioso y hurguetea por todos lados, podría
dejar la caja abierta con el instrumental adentro y ver si por su cuenta sube a la mesa
para husmear en lo que está oculto en la caja…entonces…>>
Cuántica miró hacia el rincón donde Pepino seguía echado sobre la alfombrita, como siempre, haciendo su siesta.
Colocó la caja sobre la mesa dejando la tapa cerca y comenzó a canturrear bajito para atraer la atención del felino.
Dicho y hecho: Pepino giró la cabeza hacia donde estaba Cuántica y miró a la
profesora mientras pensaba:
<<¿Qué le pasa a esta…? ¿Ahora se le da por cantar?>>
Cuántica giró su cuerpo lentamente y sin mirar el gato se dirigió hacia la salida taconeando con fuerza.
Abrió la puerta de salida e hizo como que se marchaba, pero en realidad no llegó
a cerrarla totalmente; dejó una pequeña abertura para poder observar
lo que ocurriría a continuación.
Pepino se estiró perezoso, bostezó y fiel a su condición de gato, subió a la mesa de trabajo y enfiló directo hacia la caja.
Al acercarse al borde, apoyó sus dos patitas delanteras para darse impulso y sin titubear saltó al interior.
En ese momento, Cuántica, que se había sacado los zapatos para no hacer ruido, abrió bruscamente la puerta y corrió descalza hacia la mesa alcanzando a colocar la tapa justo en el momento en que Pepino intentaba escapar.
-¡Ya está…! gritó jubilosa sujetando la tapa con fuerza…¡ahora veremos!
Extrañamente el gato no maulló ni se escuchó movimiento alguno.
Cuántica pensó que tal vez la oscuridad había desconcertado al gato por un momento.
Conforme sobre cómo habían resultado las cosas, miró su reloj pulsera y se dirigió
hacia la salida.
-En una hora vuelvo y…veremos qué pasó. En este momento, gato estúpido estás
vivo y muerto al mismo tiempo…¡ja ja ja ja!..¡vivo y muerto al mismo tiempo!, gritó con voz destemplada.
Epílogo
Pasada la hora, Cuántica entró al laboratorio iluminado por una luz intensa, sofocada por el calor reinante en esa tarde de verano; echó una mirada hacia el gran ventanal que daba al jardín y observó los canteros florecidos.
En un rincón del laboratorio Cuántica había colocado un gran jarrón lleno de flores que parecía estar fuera de lugar en ese recinto austero pero que ella había conservado por ser un regalo de la abuela Ekaterina.
Se instaló entonces frente a la caja que encerraba el artefacto del experimento y con precaución levantó la tapa; había llegado el momento culminante; quiso espiar por la pequeña abertura pero para su sorpresa un gato enorme le saltó encima y enseguida otro y otro más que salieron atropelladamente de la caja.
Sólo atinó a correrse un poco pero ya otros gatos escapaban en total desorden;
gatos de todos los colores y tamaños, flacos y gordos, maullando y arañando enloquecidos, disparando por el suelo y entre los instrumentos que estaban
sobre la mesa.
Confundida, Cuántica no se dio cuenta de que los gatos ya sumaban cientos y seguían saliendo de la caja en una interminable catarata de felinos que saltaban y
trepaban enloquecidos por donde podían.
Cuando quiso huir del laboratorio los animales ya cubrían todo
el piso hasta la altura de sus rodillas; paredes y techo eran una masa viva y vibrante de gatos y más gatos que la caja expulsaba.
El torrente de felinos destrozó las puertas del laboratorio y escapó hacia
la libertad derribando todo el instrumental a su paso.
Antes de quedar sepultada por la montaña de gatos Cuántica escuchó gritos desesperados provenientes del interior de la casa y rotura de vidrios y ventanas.
Tirada en el suelo debajo de la enorme montaña de felinos que aplastaban su cuerpo cubriendo sus ojos y su boca, Cuántica pensó:
<Mierda…este experimento sí que salió mal>
Un último gato cayó sobre su nariz y ya no escuchó ni vio nada más.
Noticias
En un diario de gran tirada de Buenos Aires, el 25 de octubre apareció la noticia de la muerte de la docente Cuántica Soloneva, profesora de física atómica, ocurrida a la edad de 48 años.
El cuerpo fue encontrado en su laboratorio donde aún permanecían conectados los aparatos; las ventanas cerradas y las cortinas corridas; un fuerte olor ácido inundaba el salón.
Todo estaba en prolijo orden sobre la mesa de trabajo; los textos que solía consultar; los papeles y apuntes de sus investigaciones; el cenicero con los restos del último cigarrillo y los lápices de distintos colores en perfecta alineación junto al sacapuntas.
Cuántica se encontraba sentada en su silla preferida; la cabeza inclinada y los brazos, colgando fláccidamente a los costados del cuerpo; en una de las manos sostenía un pequeño tubo de ensayo con el contenido derramado en el suelo.
Parecía que dormía a no ser por un leve rictus en la boca; después de los exámenes de rutina los médicos comprobaron que Cuántica había fallecido por causa de un ACV.
Sobre la falda de la profesora se encontró acurrucado su gato Pepino.
Y quienes estuvieron presentes en la escena comentaron curiosos que el gato parecía sonreír.
Para reflexionar:
“Digo esto porque los seres humanos, gracias a Dios, somos otra cosa que esta operación mediática que intentan construir las neurociencias, las que no contemplan que poseemos una energía vital, un espíritu, emociones, sentimientos, que traemos un historial generacional, transgeneracional, deseos concientes e inconcientes que muchas veces nos gobiernan y un mundo interno en donde el orden de lo impredecible pertenece a ese lugar misterioso de la vida y que cada día la hace más apetecible”. (14)
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Indice de citas
1- Nora Bär: “Diez preguntas que la ciencia (todavía) no puede contestar”- pág.27-Editorial Paidós- Buenos Aires -2018
2-Mario Javier Sabán: “Sod 22- El Secreto” –Buenos Aires- 2011
3-Stephen Hawking y Leonard Mlodinow: “El gran diseño” pág 200- Buenos Aires- Crítica-2017
4-Joe Dispenza:”Deja de ser tú” –Ediciones Urano-Barcelona-2012
5-Stephen Hawking y Leonard Mlodinow: “El gran diseño” – pág. 141-Buenos Aires-Crítica- 2017
6-Stephen Hawking y Leonard Mlodinow: “El gran diseño”-pág.177- Buenos Aires-Crítica-2017
7-Isaac Bashevis Singer: “El certificado”-pág. 113- Ediciones B-S.A. Barcelona-España-2006
8- Eduardo Arroyo Pérez: “Ciencia y Consciencia”-pág.87-Navarra-España-2016
9-Juan Maldacena: Artículo aparecido en la Revista Viva del diario Clarín del 21 de octubre de 2018
10-Stephen Hawking: “Historia del tiempo”-pág.180-Citado de
11-Eduardo Arroyo Pérez: “Ciencia y Consciencia”-pág. 113-Navarra-España-2016
12-Artículo: “Este pequeño robot de bolsillo desinfectará tu habitación de hotel”- Diario Clarín-domingo 24 de febrero de 2019.
13-Facundo Manes: “Lo que faltaba”- Artículo de la Revista Viva del diario Clarín del 18 de febrero de 2018
14-Sergio Rozenholc: “Neurociencias: prêt-à-porter”-Artículo aparecido en el Periódico Bimestral “El homeopático”-Noviembre- Diciembre de 2016- N° 81- Año XVI
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